El Bierzo, una explosión de belleza que inunda tus sentidos, un descanso para el alma!
Haz un paréntesis en tu vida laboral para aislarte del mundo de la distracción y deslizarte en el de los sentidos.
Tus sentidos a pleno
Recibe y respira los aromas de la naturaleza que te circunda, llena tus ojos con su explosión de colores, acaricia la rugosa corteza de un robusto castaño, las aterciopeladas hojas de un vegetal, siente el suelo húmedo bajo tus pies desnudos, regalale a tus oídos un improvisado concierto de los centenares de pájaros que al finalizar el día se cobijan bajo el follaje de los árboles para pasar la noche, saborea las cristalinas aguas de los miles de manantiales que brotan en el lugar menos esperado.
El Bierzo, es ese oasis de paz y sosiego, de luz y belleza, de cálidos atardeceres y frescos amaneceres, de espesos mantos de verdor y recónditas áreas donde revitalizarte y renacer a tu genuino “YO” interior.
Marca una pausa en tu vida cotidiana para alejarte del pesado ambiente urbano y acercarte al sanador ámbito vegetal berciano, para recargarte con la energía que emana de la bondadosa madre tierra y absorber la que desciende “del padre cielo”, de la fuente cósmica.
Tomate el tiempo para meditar sobre tu verdadera esencia, darte cuenta de que estás hecho de exactamente lo mismo que hallarás aquí, de los 5 elementos: tierra, agua, aire, fuego y éter.
Resucita esa sabiduría sepultada en ti por los condicionamientos, limitaciones, creencias distorsionadas, a las que todos hemos sido sometidos desde nuestra más tierna infancia.
Eres el fruto de una mente Suprema que te ha creado con mucha entrega, amor y paciencia para que su obra fuese pura perfección! Solo necesitas creerlo y, sobre todo, ¡recordarlo!
Ven al Bierzo y date un baño de bosques
para beneficiarte de toda ese energía y magia que los habita.
Y si te atreves a soñar, a desafiar tus límites y creencias y permites que tu niño interior aflore, puedes lograr distinguir en medio de su espesor algún duende o hada fugaz aleteando delante de tus maravillados ojos dispuestos a presenciar milagros.
Frías aguas llenas de energía
¡Date otro baño más! Esta vez, en las frías y energizantes aguas de un río, o bajo el chorro de las cascadas que abundan por todo el territorio, reconciliándote así con ese frío del que tanto huimos en el mundo moderno, olvidando todos sus beneficios para nuestra salud.
Cuando es “controlado” o en “pequeñas dosis”, el frío estimula el sistema nervioso, y cardiovascular, fortalece el sistema inmune, combate la inflamación, favorece un sueño profundo y reparador, libera endorfinas mejorando así tu estado de ánimo… y sobre todo tiene la capacidad de “apagar” tu incesante discurso mental repentinamente pues créeme que para aguantar el frescor de estos ríos norteños o te conectas a tu fortaleza interna o te das por vencido… ¿y no quieres eso verdad?
